18 ene 2010

Solidaridad y memoria - 2009

El martes 11 de agosto Potrero de los Funes amaneció bajo una nube gris, al aspirar nos dimos cuenta que el humo nos envolvía. 

Aunque el fuego todavía estaba lejos de la zona urbana, se divisaba amenazador. Los vecinos llamamos al Cuartel de Bomberos para consultarles por la situación, ellos ya estaban superados por el siniestro y necesitados de la ayuda que pudiéramos ofrecer, entonces comenzamos una cadena telefónica y de apoyo entre todos. Por la noche la luna se vio teñida de rojo, era la señal del dolor de la naturaleza que iba muriendo. Dos bomberos heridos, uno de ellos internado por principios de asfixia. Es miércoles y llevan dos días sin dormir, trabajando y en alerta permanente por cuidarnos. A media mañana le dieron de alta a nuestro amigo bombero, a las 14 hs. ya se encontraba de nuevo en acción junto a sus compañeros; no pudo con su preocupación, él quería estar allí.

Por la tarde el fuego estaba entre nuestras casas, vecinos de cualquier sector de Potrero ayudaban en donde hiciera falta. Las mujeres cargábamos los baldes y nuestros esposos e hijos valientes arremetían contra el fuego, que pretendía colarse cada vez más en nuestras vidas para arrasar con lo que tanto esfuerzo nos llevó construir.
No sé como hacían estos ángeles bomberos pero en el momento más desesperante llegaban con su único coche bomba y otras pocas herramientas para disminuir el peligro y darnos las instrucciones para continuar en la defensa. Gracias a su logística y preparación nos salvaron de algo peor. Así continuaron toda la semana, ya ayudados por colegas de la ciudad y otras localidades, organizados todos para continuar apagando incendios por toda la provincia.
Ahora se están preparando por las lluvias que vendrán, los frenos naturales del agua ya no están y significará ríos con creces arrasadoras y violentas, y otra vez ellos estarán donde haga falta ayudar. Así lo piensan, así lo sienten, así son estas increíbles personas.
Cuando observo los cerros siento ver un cementerio de naturaleza, y creo que todos compartimos la tristeza de todavía oler la muerte en nuestras bellezas puntanas.
Los pueblos cultos mantienen en sus memorias los hechos que los marcan y enseñan a mejorar como sociedad. Recordemos este suceso, para iniciar un nuevo punto de partida como comunidad y siempre reconocer y apoyar a estas excelentes personas: los Bomberos Voluntarios.