“Yo me digo Sanadora”

Fui a su casa para que coordináramos una cita, ya que me contaron que suele estar muy ocupada. No estaba y su nuera Zulma, muy amablemente, me dio el número de su celular.
Días después… Llegué, eran las 9 hs. y estaba atendiendo. Se sumaron dos personas que venían caminando y otras en auto. Cruzamos miradas y saludos formales, como en un consultorio, sólo que bajo un cielo gris y una fresca brisa como de otoño.
Esperé mi turno y luego de un fuerte “pase…”, entré.